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TURISMO EN SAN FERNANDO DEL VALLE DE CATAMARCA
La Ciudad de Catamarca Capital, Argentina
Paisajes contrastantes enmarcan la ciudad de San Fernando del Valle de Catamarca, situada al noroeste de la Argentina, a orillas del Río del Valle, y enclavada entre las Sierras de Ambato y Ancasti. Esta "fortaleza en la falda", como indica la voz quechua Catamarca, conserva parte de su arquitectura colonial casi como símbolo de la vida tranquila de los lugareños, y del respeto por el pasado que allí impera.
Centro turístico y comercial de la provincia, San Fernando recibe con su hospitalidad característica a cientos de visitantes que lo eligen como destino para disfrutar de sus variadas bellezas naturales. Presenta, además, una intensa vida cultural que se manifiesta específicamente en instituciones y museos, pero que puede sentirse a cada paso por las calles de la ciudad y sus alrededores.
Los amantes de las excursiones encontrarán el paraíso en San Fernando del Valle de Catamarca, su territorio de altura y sus lagunas. Deportes de montaña, recorridos en camionetas 4x4, clásicas cabalgatas, son sólo algunas de las actividades que pueden desarrollarse mientras se admira la hermosura paisajística propia del lugar.
El itinerario citadino no puede excluir la visita a la Plaza 25 de Mayo ni la admiración del estilo neoclásico de la Catedral; los museos de Bellas Artes, del Deporte, Arqueológico, y Artesanal también constituyen paradas inevitables en este recorrido catamarqueño. Cuestas y Quebradas magnifican la obra de la naturaleza en San Fernando haciendo de este un área turística de variadas opciones.
Cercano a villas de veraneo, en las cuales se puede disfrutar del agua y el aire puro, este poblado de Catamarca no tiene época de vencimiento. Durante el invierno, cuando la temperatura baja considerablemente, se convierte en sede de la Fiesta Nacional del Poncho, donde atractivas exposiciones de tejidos se llevan los elogios de todas las bocas presentes.
San Fernando del Valle de Catamarca es un destino tan válido como los metales que aún se conservan en las minas asentadas en su territorio. Un territorio agraciado por la naturaleza y acariciado por la hospitalidad de sus habitantes.